martes, 24 de marzo de 2009

¿Porque lo vendedores no venden? 1a parte


Cuando comencé a escribir este blog me sentí tan identificado que en un momento me confundí, ya no sabía si estaba haciendo una reflexión sobre el tema o un acto de contrición sobre mi vida laboral y, es que, después de casi 16 años como vendedor he sido participe tanto de las buenas como de las malas prácticas de las ventas, muchas veces sin querer y otras queriendo.

No pretendo analizar y mucho menos explicar si las ventas son una ciencia o un arte, por lo menos no en este blog, lo que quería, en principio, era tratar que el lector tuviera mi punto de vista sobre el por qué los vendedores no venden.

Fue justo ahí cuando comenzó la confusión, mi comentario no tendría sustento sin contar como fueron mis inicios en las ventas y como he logrado sobrevivir para contarlo.

Todo comenzó un buen día de abril de hace ya casi 16 años, favor de tomar como referencia el año 2009 para hacer cálculos, yo era un simple técnico especializado en aplicaciones de negocios (ERP, CRM y BI para los entendidos) cuando sin más explicación que un simple “no hay quien acompañe a la vendedora a dar una demo” fui arrojado, sin miramientos y sin piedad, al mundo de las ventas; así, nada más que con mis conocimientos técnicos, sin bendición de por medio y mucho menos sin comisión pactada, fue que me enfrente por primera vez a esto de la venta de soluciones.

Después de venta, tras venta fui entendiendo como funcionaban las cosas, y conforme iba pasando el tiempo recopilaba certificaciones, una para el manejo de objeciones, otra en técnicas de negociación, varias más en técnicas de venta y así, una certificación tras otra que reforzaban mis habilidades para la venta.

Hasta aquí nada muy diferente a la historia de cualquier vendedor. Lo único que no recuerdo es que me hubieran dado una certificación, taller o curso para la correcta definición y dimensionamiento de mercados, planes de mercadotecnia para generación de demanda y bueno ni hablar de la planeación estratégica que en ese momento no figuraba en mi lenguaje de vendedor.

Fue justo ahí cuando caí en cuenta que conforme mi cuota, mis actividades y responsabilidades como vendedor aumentaban, mi desempeño y ventas disminuían, cuando me preguntaba ¿Por qué pasaba esto? Me di cuenta que la respuesta era más que obvia estaba realizando tantas actividades adicionales a mi puesto que vender había pasado a segundo término.

En ese momento tenía dos opciones, una era trabajar más y vender menos y la otra era trabajar memos y ganar más.

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